La política de austeridad y de recortes está poniendo en peligro el estado del bienestar. En el caso de las personas con discapacidad intelectual, cada persona que no tiene acceso a un servicio o a un puesto de trabajo protegido, es una persona condenada a quedarse en casa… cómo pasaba hace 30 años.

No podemos dejar que los recorten. No queremos desaparecer. No queremos quedarnos en casa. Queremos tener un lugar a la sociedad, el que merecemos.

Si nos recortáis desaparecemos. Eso sí que No